Así que en cuanto supimos que reabría nos reservamos un día del fin de semana para visitarlo. Nada más llegar te sorprende en la misma calle una máquina antigua de tren preciosa y la edificación donde se encuentra el museo y el propio Mercado de Motores que es La Antigua Estación de Delicias, muy bella por cierto, con ese aire glamuroso y decadente a la vez, inaugurada en 1880 por Alfonso XII.
La cola que nos encontramos nos asusto bastante, daba la vuelta a la estación, pero lo cierto es que no estuvimos más de 10 minutos esperando. Para controlar el aforo dentro del recinto impiden el paso de nuevos visitantes hasta que salen otros del interior. Pero una vez que vuelven a dejar pasar la cola avanza bastante rápido.
Con respecto a este tema, deciros que se agracede que no se formen dentro grandes aglomeraciones, pero aun así el espacio no es muy amplio y aunque se puede ir con carro sin problema nosotros decidimos ir con nuestro fular, ya sabéis que somos muy de porto y la verdad es que la comodidad para acercarte a los puestos a ver los productos es mucha.
La entrada es gratuita y en el interior encontramos tres zonas, la zona de tiendas y profesionales, la zona de hostelería con diferentes puestos de comida y barras para la bebida y la zona de los particulares.
En la zona de profesionales puedes encontrar una completísima oferta, productos de decoración, de alimentación, libros, ropa, gafas de sol, calzado, juguetes... De todo, en nuestro caso tanto el papi, como la mami, como la pequeña estábamos con los ojos como platos apuntando en nuestra "Wish List" todo lo que nos gustaba y hay que decir que la lista es grande.
Uno de nuestros favoritos el puesto de "Tipi Too", precioso, desprende una dulzura increíble... estoy deseando que la pequeña viajera sea un poquito más grande para comprarle la corona y la barita de hada, es tan cuqui que me entran ganas de comprarmelo para mi.
Pero no creáis que nos fuimos con las manos vacías, nos compramos una botella de leche fresca ordeñada esa misma mañana, riquísima; Y un libro chulísimo, el Bestiario de "Libros del zorro rojo", ya os hablare de él en otra entrada.
La zona de hostelería se encuentra al aire libre. Tienes bastantes mesas y sombra, pero cierto es que en hora punta de comidas los sitios están muy solicitados y nosotros nos pudimos sentar gracias a que una chica en la cola del puesto de "las papas con mojo picón" nos ofreció sentarnos con ella y con su madre compartiendo mesa. Y desde aquí quiero reivindicar el hecho de compartir mesa, es una buena forma de optimizar el espacio y conversar con personas desconocidas, pero agradables y puede que interesantes.
Y por último la zona de particulares, desde luego aquí es donde podemos encontrar de todo, pero de todo es de todo, botellas antiguas, ropa, cámaras, revistas, muebles, juguetes... es una locura la cantidad de cosas que hay.
Y para terminar lo mejor de todo, este fin de semana VUELVE!!! El 9 y 10 podremos volver visitar los geniales puestos del Mercado de Motores en el Museo del Ferrocarril paseando entre vías y trenes fantásticos. Y hasta nueva orden esta cita se repetirá el segundo fin de semana de cada mes.
RESUMEN
Destino: Mercado de Motores, Museo del Ferrocarril
Calle de las Delicias, 61, Madrid
Nos vemos entre los trenes, buen fin de semana a todos!
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